Todas las parcelas de mi vida tienen algo tuyo y eso en verdad no es nada extraordinario, vos lo sabés tan objetivamente como yo. Sin embargo hay algo que quisiera aclararte cuando digo todas las parcelas.. No me refiero sólo a esto de ahora, a esto de esperarte y aleluya! encontrarte y carajo perderte y volverte a encontrar y ojalá nada más. Yo me refiero a que de pronto digas “voy a llorar” y yo con un discreto nudo en la garganta.. “bueno llorá” y que un lindo aguacero invisible nos ampare. Y quizás por eso salga enseguida el sol, ni me refiero sólo a que día tras día aumenta el stock de nuestras pequeñas y decisivas complicidades o que yo pueda o creerme que puedo convertir mis reveses en victorias o me haga el tierno regalo de tu más reciente desesperación.
No, la cosa es mucho más grave cuando digo todas las parcelas, quiero decir que además de ese dulce cataclismo también estás reescribiendo mi infancia; esa edad en que uno dice cosas adultas y solemnes y los solemnes adultos celebran y vos en cambio sabés que eso no sirve; quiero decir, que estás rearmando mi adolescencia, ese tiempo en que fui un viejo cargado de recelos y vos sabés, en cambio, extraer de ese páramo, mi germen de alegría y regarlo mirándolo. (…)
No, la cosa es mucho más grave cuando digo todas las parcelas, quiero decir que además de ese dulce cataclismo también estás reescribiendo mi infancia; esa edad en que uno dice cosas adultas y solemnes y los solemnes adultos celebran y vos en cambio sabés que eso no sirve; quiero decir, que estás rearmando mi adolescencia, ese tiempo en que fui un viejo cargado de recelos y vos sabés, en cambio, extraer de ese páramo, mi germen de alegría y regarlo mirándolo. (…)
Mario Benedetti.
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